Gracias a Paz y a Trashcouture por poner sobre la mesa lo de ser rebelde, pero no entraré en esa discusión bizantina ahora, lo que si es seguro, Paz, es que la rebeldía no se ha acabado. Aquí estamos…
Yo es que en ocasiones me trago mis palabras y me toca jugar inteligentemente, porque como sabrán desde que un evento de moda de la capital me “vetara”, me toca andar con cuidado, no sea, como todo en este país, me manden a "callar"… me siguen? Pero esto último, es exageración de mi parte. Lo que si es cierto es que Horyn tiene razón, al no ser invitada a los desfiles de Armani porque a Giorgio no le gustaron sus comentarios, cuando dice, palabras más palabras menos: ¿Será que no saben que la Internet nos permite la omnipresencia?
Por otro lado, “no hay palo pa’ cucharas” porque como saben, decir las cosas y no disfrazar todo suele tener sus problemas… y lo mejor, como diría un fashion rebel, es tener delirio de superhéroe, no por salvador, sino porque hay que tener dos personalidades… La pública y la clandestina…
Pero ya que me puse a escribir voy a discutir una hipótesis con ustedes: la culpa de todo la tienen Tom Ford y los tres jinetes del Apocalipsis: Dolce & Gabbana, Cavalli y Versace. Con sus bronceados del mediterráneo, pinta de galanes porno y de vender sexo en vestidos y últimamente en botellitas de perfume (ver foto) lograron por ejemplo, que Karl Lagerfeld se pusiera a dieta y con tanto botox pareciera una estatua de cera del Madame Tussaud’s, además de convertise en el padrino de todas las Rehab. Que el afamado Marc Jacobs, quien tenía unas gafitas enormes negras y vestía saquitos de cuello en V color azul marino con pantalones khaki, de repente se convirtiera en un chico súper bronceado, de camisa abierta, con diez kilos menos y de pelo color no azul, sino “Navy Blue”, que conquistas gigolos en las discotecas y que Dsquared2 quieran revivir la moda Ford… Además, son los culpables de que la moda latina aun esté en la dimensión desconocida de la mal entendida sensualidad.
Pero no somos la inquisición, ni los mandaremos a la hoguera, ni tampoco estamos diciendo que esté mal, porque de mojigatos no tenemos nada... Queremos darle el beneficio de la duda por lo menos a Marc, quien puede estar jugando al superhéroe, empaque masivamente seductor, con ideas de nicho excluyente, porque creo que se ríe de todo y de si mismo…
De todos modos, todavía hay uno que está protegido por la “Fe”: Albert Elbaz de Lanvin, quien aunque le dicen gordito en la cara, se defiende diciendo que los diseñadores repuestitos suelen diseñar más Light que los delgados… Hay que ver su versión de jeanwear…
En fin, después de divagar bobadas, los dejo con algo de Umberto Eco acerca de la belleza y la fealdad:
“Lo hermoso tiene límites… La fealdad es un error de sintaxis, por eso es infinita”
